Sunday, May 31, 2020

Mi Experiencia con el Racismo

Mi Experiencia con el Racismo

Cynthia Palomino – 31 de mayo del 2020

Con mis 7 años mis padres aceptaron el llamado de Dios para ir al campo misionero. Y así fue como la Familia Palomino; padre, madre y cuatro hijos pequeños, llegaron en 1990 a Trujillo, Perú. Sin embargo, los tiempos cambiaron, y así también el llamado de mis padres.  Terminamos mudándonos al país que ahora considero mi hogar – Paraguay.

Del Perú no tengo muchos recuerdos, pero me acuerdo de que el Paraguay nos recibió con los brazos abiertos. Siempre me sentí a gusto, rodeada de un sinnúmero de amigos y conocidos. Desde el primer día amé el mbejú, el tereré y la chipa guasú. Nunca pude aprender el idioma nativo, pero su fluidez y elocuencia siempre me impresionaron. Sin embargo, por más que Paraguay fuera mi hogar, sabía que era extranjera. Mi mamá es estadounidense y mi papá colombiano. En casa se hablaba inglés y español, almorzábamos sándwiches y cenábamos arepas o patacones y bailábamos al hacer la limpieza del fin de semana al son de la música de Carlos Vives. Tenía amigos de varias culturas, pero sabía que la mía era un mosaico que solamente podía compartir con mi familia. En fin, por más que mi corazón me arraigaba fuertemente a mi amada tierra Guaraní, sentía que no era en realidad mi identidad cultural.

Cada cuatro años nos tocaba volver a los EE. UU. para hacer visitas a las iglesias que apoyaban el trabajo de mis padres. Era una oportunidad muy emocionante para nosotros como niños porque mi mamá siempre procuraba mostrarnos su país – nuestro país. Fue en estos viajes que llegué a conocer lugares muy interesantes como la Estatua de la Libertad, Disney World, la Casa Blanca, etc. Cada vez que nos íbamos siempre me impresionaba escuchar inglés por todas partes y pensaba “¡Esta es mi gente!”

Nuevamente cambiaron los tiempos y mis padres decidieron volver a EE. UU. para vivir. Hasta ahora todos los viajes que habíamos hecho eran para visitar y volver al campo misionero. Con 15 años nos mudamos y me inscribieron en un colegio publico en el estado de Texas. Recuerdo mi primer día de clases… El edificio de la secundaria (solamente secundaria – 9no al 12mo grado) era enorme. Había guardias de seguridad controlando cada acceso, y solamente entraban alumnos con su identificativo escolar. Después de haber pasado por un detector de metal y chequeo aleatorio de mochilas entré a experimentar mi primer día de clases. Me acuerdo todavía de la emoción de por fin poder asistir a un colegio como había visto en las películas. ¡Iba a tener un locker con candado! ¡Y almorzar en un comedor! Y como era un colegio técnico, iba a empezar mi anhelado estudio de enfermería. Por donde miraba había chicos de todos los tamaños, colores y culturas. Y como siempre me sentí “ciudadana del mundo” sentí que por fin encontré mi lugar.

Una secretaria me entregó un horario de clases y me acompañó a mi primera clase del día – matemática. Navegamos el laberinto de pasillos hasta por fin llegar a la puerta de la clase. Tocamos la puerta y esperamos respuesta. “Adelante,” escuchamos de adentro, y abrimos la puerta. Mis ojos brillan con entusiasmo al ver a mis nuevos compañeros, una pizarra que alcanzaba de pared a pared y los pupitres de metal y formica. Mis ojos se detienen en la figura de mi profesora y anticipo su cálida bienvenida. Sin embargo, en su mirada no encuentro ninguna evidencia de interés en mi persona y me confunde su actitud. Impacientemente, me mira detenidamente y dice con frustración, “¡Uf! ¿Otra?” Estoy parada en la puerta con mi nueva mochila por mi espalda y un cuaderno en mis brazos e intento entender a qué se refiere. ¿Otra? ¿Otra qué? Veo que el aula está llena de alumnos y pienso que quizás está molesta por tener que recibir a uno más. No entiendo. Se me acerca la profesora y me pregunta lentamente y en un volumen más fuerte, “¿Entiendes inglés?” Se me hacen grandes los ojos, cae la ficha y entiendo todo. Me arrasa una ola de vergüenza e indignación por la situación que estoy pasando. “Si, entiendo inglés,” contesto con la mejor dicción y cortesía que puedo encontrar. Me señala un asiento en la esquina más lejana del aula y voy a tomar mi lugar. Siento la mirada de mis compañeros al buscar mi camino entre las piernas y mochilas en el piso. ¿Que piensan ellos de mí? ¿Como pueden saber cómo soy si ni me conocen? Las preguntas no paran de girar en mi cabeza y toda la felicidad que sentí al empezar mi primer día se extinguió.

Por suerte, esta experiencia fue casi única. Pero fue a partir de ese momento que me di cuenta de que el racismo no es algo que uno solamente estudia en los libros de historia. En el contexto estadounidense, no es algo que se limita solo hacia los afroamericanos. El racismo sucede en ámbitos que pensamos que son espacios seguros – como los colegios, nuestras iglesias, los supermercados o el gimnasio. Inclusive, sucede sin intención de agredir porque ya se convierte en parte de la cultura cotidiana. Lo vemos en el sabor de los chistes que contamos o escuchamos, en músicas, obras de arte o nuestro trato con nuestros compañeros de trabajo o empleados.

Hoy, me siento obligada a reflexionar en mis experiencias con el racismo por lo que estoy viendo en las noticias en EE. UU. Las Tendencias en mi Twitter están saturadas por nombres de ciudades donde hay demostraciones y protestas por el racismo que están sufriendo sus ciudadanos afro-americanos, latinos, y otras etnias no-blancas. Coincidentemente, hoy también es Pentecostés, el día de la llegada del Espíritu Santo a los creyentes en los tiempos del Apóstol Pablo. Al ver y al escuchar los llantos de los que sufren, se quebranta mi espíritu y clama mi alma al Gran Espíritu – “¡VEN! Manda tu fuego de sanación y trae tu justicia. Este mundo te necesita.” Solamente la fuerza y el fuego de Su Espíritu podrán cambiar estos tiempos. Mientras tanto, es mi obligación y tu obligación y nuestra obligación hacer nuestra parte para mostrar amor, misericordia y perdón a este mundo desahuciado.

Kyrie Eleison.

Lord, have mercy.

Señor, ten piedad.

Herr, erbarme dich.

 

Mi corazón cantará del día que traerás.

Que quemen los fuegos de tu justicia.

Enjuaga toda lagrima

porque aproxima el amanecer,

y el mundo está por cambiar.

(Cantico del Cambio, de la canción de María del Evangelio de Lucas)


Monday, September 15, 2014

LA CARRERA DE LA VIDA

Un dia más… un año más…

Es un sentimiento sin igual ese dia que llega sin falta cada año. Ese dia en el cual nos ganamos la distinción de ser considerados un poco mas sabios y respetados.

Hoy pasé de grado. Cumplí un año más.

Que gané?

Soy mas sabia? Mas respetada?

Dicen que la vida es semejante a una carrera. Existe la lucha por dar cada paso, sin desvanecer. Al final de la carrera, obtenemos un premio por el esfuerzo - una medalla o un trofeo.

Yo soy corredora. He vivido el sudor de correr una carrera en carne propia. No es un logro fácil de superar. Mucho conspira en contra tuyo:

     - el estrés mental de la sicologia matematica (¿Cuanto falta?),
     - la dureza de la superficie (duele!)
     - nuevamente la sicología matemática
     - la sed
     - la sicología matemática

Pero lo positivo de esta lucha es que al final de la carrera, después de haber completado los kilómetros prescritos - todo termina. Cruzas la linea de la llegada y ganas tu medalla, como todos los otros que también corrieron a tu lado. Nadie pierde. Todos ganas. Parece tan sencillo. Lo es.

Nuevamente lo repito… "Dicen que la vida es semejante a una carrera."

NO LO ES.

Porque en la vida real, uno al inscribirse para la carrera no te entregan un "Kit" donde dentro te entregan toda la información necesaria para tu carrera. En la vida real no sabes cuantos kilómetros te va tocar correr. No puedes hacer un Google Search de la topografía del circuito. En la vida real no puedes ir al Shopping a comprar los accesorios necesarios porque ya sabes de antemano lo que vas a necesitar. En la vida real no sabes con certeza donde esta la linea de llegada. En la vida real la carrera no la corres sola, sino junto a varios otros "factores" que te distraen y se meten en tu camino. En la vida real no sabes cuando (y si es que) te vas a llevar un premio al final de haber terminado de "correr."

Realmente… la vida real es mas difícil que una carrera.

Aparte de ser corredora soy mamá de 3 hijos chicos. Amo a mis hijos. Son mi vida. Pero muchas veces al correr la Carrera de la Vida me encuentro perdida y abrumada por mi realidad. No es un sentimiento que disfruto. A diario me pregunto a mi misma, "Donde está la luz al final del túnel?" o "Cuanto falta?" o, es mas… "En que dirección voy?"

Al salir a correr hoy, el cansancio y el estrés del dia y de los dias previos me superó y no pude controlar las lagrimas que me salían del alma. Como nunca antes en una corrida, lloré y le pregunté en voz alta a Dios,  "Cual es el sentido de la carrera que estoy corriendo? YA NO PUEDO MAS!"

Volví a casa con el corazón machucado y lleno de tristeza.

Pero no termina aquí mi melancólica historia.

A las 6:20pm abro mi Facebook para revisar los mensajes nuevos que me habrían llegado en los últimos 45 minutos que estuve fuera del rango de mi WIFI durante mi triste corrida y me encuentro con este mensaje…


Con todo mi corazón quiero contradecirle a mi amiga y gritarle en voz alta que es todo una mentira - que la vida NO ES como una carrera. Pero al leer pausadamente cada palabrita en su mensaje,  involuntariamente siento un susurro persistente que da golpecitos a mi corazón. Quiero con todo mi alma alejar la verdad de mi, pero no puedo porque me acobija la serenidad de la verdad.

La vida real SI ES como una carrera.

Mi gran error fue pensar que corro sola mi carrera.

Los números no son importantes, pero quiero citar algunas porque me inspiran:
     - Hoy una amiga del alma de dijo que el 15 de septiembre cumplen años 3.276.821 otras personas
        en este mundo y ella hoy pensó solo en mi,
     - 167 de mis contactos de FB me dejaron un mensaje personal,
     - 43 amigos me enviaron un mensaje personal al celular,
     - Todas mis vecinas me vinieron a visitar,
     - Mis hijos y mi marido me dijeron que soy la mejor de todas.

Los números no mienten.  Es mas, en vez de hacerme sentir orgullosa de su numero alto me humilla su profunda implicancia: no corro sola!

LA VIDA REAL SI ES COMO UNA CARRERA

cd/15Sept2014


Friday, May 3, 2013

El Ladron

Hace poco tiempo fallecio sorpresivamente un companherito de mi hijo de 6 anhos. Nadie jamas llego a sospechar el mal que vivia dentro del pequenho cuerpecito hasta la semana de su fallecimiento.

4 dias antes de la terrible ocacion, Fabricio se ausenta de la escuela. Estuvo teniendo dolores de cabeza, nauseas, mareos, problemas de vision, entre otros sintomas. El ninho solo tiene 6 anhos y puedo ponerme en los zapatos de la madre e imaginar que probablemente no es nada serio lo que tiene mi hijo. Hay Dengue por todos lados. Gripe tambien. Probablemente es algun virus que pasa de uno a otro en la comunidad de la escuela. Pero despues de una consulta en el Centro de Salud, la madre es informada que no es ni Dengue ni gripe y le recomiendan que vaya a la ciudad para hacer otros estudios mas especificos. Van a la capital y una resonancia magnetica (MRI) muestra un enorme tumor cerebral - no quirurquico. Se le indica algunos cuidados paliativos para acomodar al ninho y lo mandan de vuelta a casa. Es martes.

Fabricio queda en casa el resto de la semana reposando y tomando los medicamentos; todos esperanzados que haya una regresion y todo pueda volver a la normalidad. Hay momentos del dia en que el ninho se siente mejor, pero en general no hay mejora - inclusive empeora.

Se llega  a hablar con la directora de la escuela y explican la situacion del ninho. Esta muy enfermo. A los companheritos se les informa que Fabricio tiene un virus en la cabeza y si quieren hacer una pequenha donacion para ayudar con los gastos. Mi hijo regresa a casa mencionando algo de que estan juntando plata para un companhero enfermo, pero faltan detalles y claridad y no lo llego a entender. Mi hijo dice que oraron por el ninho en la escuela. Es miercoles.

El jueves de tarde estoy haciendo caminata con mi familia & me llega un mensaje de texto de la maestra de mi hijo:
Manana no hay clase por fallecimiento del ninho

Llamo inmediatamente a la maestra. En realidad, todos los detalles que incluyo en este relato en este mismo momento me eran desconocidos. Sabia inespecificamente que habia algun companhero enfermo, de la colecta de dinero & de la oracion. Nada mas. La posible muerte nunca fue un factor considerado dentro de los detalles que yo manejaba. La maestra me explica del "virus" que le consumio al ninho y de la tragedia de su muerte. 

Enseguida, con mi marido, detuvimos la caminata para entregarle la triste noticia a mi hijo. Sinceramente esperaba una respuesta triste y confundida. Mi hijo demuestra una madurez inesperada al contestarme: "Mama, no importa [que haya muerto el ninho] porque ahora esta con Jesus. Esta bien!" Le miro a mi marido y entendemos que nuestro hijo tiene la idea correcta y que lo ha manejado bien. Que alivio! 

Pero me pesa el alma todo esto. El lunes de la misma semana - solamente 4 dias previos la madre lleva a consultar a su hijo por una posible gripe. Esta consulta desencadena mala noticia tras mala noticia que al final... lleva a la muerte de su hijo. 4 DIAS! No me podria imaginar que haria si supiera (o si NO supiera) que mi hijo dejaria de vivir en el mismo mundo que yo en tan poco tiempo. Que haria? Que le diria? Como me prepararia? Cuales serian mis ultimos recuerdos de el? Como me sentiria despues? Quien me iba a consolar y ayudar a entender la tragica perdida? Pregunta tras pregunta... y ninguna respuesta a la vista. 

Realmente la vida es un regalo incomprensiblemente precioso de Dios, siendo que es solamente cuando uno experimenta lo tangible de la muerte que uno es conciente del valor que tiene. En vida, uno es flexible y fuerte. Uno se cae y se levante, sufre pero aguanta. La muerte es un concepto lejano y ajeno a uno mismo. Pero en realidad es como un ladron que viene a robar una casa en la noche... No sabes donde esta ni cuando viene. 

Es una contradiccion!! De cierta manera hay que estar preparados para la muerte pero a la vez disfrutar de la vida? Como es posible? Como dije antes, no tengo respuestas - solo mas preguntas. Pero te aseguro que mis hijos reciben mas de su cuota normal de besos y abrazos y "te amos" desde que fallecio Fabricio. Mi vida no seria igual sin ellos. Ellos son mi vida. 


Sunday, January 27, 2013

La carta


La carta....

Hoy mi hijo mayor de 5 anhos me escribio una carta. Una carta como ninguna... Una carta de despedida.

Todo empezo el viernes de tarde cuando los ninhos empezaron a preguntar por el cajon de la bisabuela fallecida.

"Alguien despues la saco de la tierra?"
"Porque tuvo que quedarse alli?"
"Hay otros tb enterrados debajo de la tierra?"
"Porque?"

Estas preguntas infinitas que trataban del destino final encarrilaron despues de 2 dias los siguientes comentarios del futuro un poco mas cercano....

"Mama, cuando yo sea grande me voy a casar?"
"Mama, cuando sea grande voy a casarme con Pati, vivire en Neuland, tendre una camioneta & un mercedes y trabajare como policia"
"Mama, cuando me case, tendre una anillo en mi dedo que tenga escrito por dentro el nombre de Pati y ella tendra uno que tenga mi nombre."
"Mama, cuando sea papa tendre 4 hijos - 2 nenas que son identicas y 2 varones."
...etc...

Para respirar un poco de aire fresco y ejercitarnos, salimos a pasear por el predio de la comuna donde vivimos. En algun momento hacia el final de la caminata nos encontramos con una voluntaria nueva, y empezamos a conversar. El pensativo de mi hijo mayor aun no ha soltado la conversacion de antes y tiene otros planes en mente. Se sube a su bicicleta y va a la casa. Con mi marido y la nueva voluntaria seguimos conversando. Pasa el tiempo y regresa mi hijo con una hoja color naranja en la mano. De reojo veo que Gabo le muestra la hoja a su papa y gesticula un poco con los brazos indicando algo que no entiendo. Yo sigo atenta a la conversacion con la joven voluntaria.

Gabo termina de mostrarle a su papa la hoja y se me acerca. Insiste que tiene algo muy importante para mostrarme y pide que yo lea el mensaje que me escribio. Si haz intentado decifrar el mensaje en la foto de arriba, veras que entenderlo no fue algo facil. Veo en la cara forzada de mi hijo que es un mensaje muy importante para el y prefiero no ofenderlo y decirle que no lo entiendo. Le animo que me lo lea el. Esta muy callado mi hijo y pienso que tiene verguenza de leer frente a la joven. Me rio un poco para alivianar el momento, indicando que no es necesario sentir verguenza - adelante! Sin embargo, el no lo quiere leer. Es solo para mi. Tomo su seriedad a pecho y giro un poco para darle la espalda a la joven y asi darle un poco de privacidad a mi hijo. "Dale, Gabo. Leeme tu mensaje. Que dice?" Es alli que me doy cuenta que no es verguenza lo que tiene en su mirada... son lagrimas! Tiene rojos los bordes de los ojos y su nariz tb tiene un tinte medio rojizo. Sus pestanhas acarician sus mejillas, ocultando su mirada de mi. QUE PASA AQUI??? - pienso yo.

"Papa, Mama, cuando sea grande te voy a extranhar."

Se me rompe el corazon en mil pedazos!!! Entre los planes con su preciosa Pati, la mudanza a Neuland y los 4 hijos... en algun momento se ha dado cuenta mi hijo que cuando todo esto llega a cabo, el no vivira mas en mi casa. Se tendra que ir a vivir su vida.... lejos... sin mama y papa.

Quiero decirle algo a mi hijo, pero no se donde empezar! Al final le ofrezco un fuerte abrazo, le acaricio la espalda y le consuelo - afirmandole que falta MUCHO para el dia en que el se vaya de la casa. El acepta mi abrazo y regresamos caminando lado a lado a la casa.



Monday, January 21, 2013

La Armonia con los Hijos


Viviendo en armonia con nuestros hijos no es una labor facil. Pero en realidad, nada de lo que tenga importe real en la vida lo es.

Soy mama de 3 hijos pequenhos. Algunas personas podrian describir mi vida cotidiana como una locura. "Cynthia, como lo haces?" - es una pregunta que escucho a menudo. Existe mucho alboroto... pero en realidad la respuesta a aquella pregunta es sencilla... "Lo hago!"

Podrias sentarte con hoja y lapiz y explorar cada aspecto de mi vida y es muy probable que no encuentres magia. Porque no existe :) Cada dia tiene su propio afan y cada dia sus propias bendiciones. En medio de todos los errores y horrores existe una tranquilidad intranquila que solo se podria resumir en... amor.

Hay dias cuando nada anda como debe de andar... los chicos gritan, se pelean, miran demasiada television, rompen cosas de la casa, cortan su ropa, etc... y la pasion del momento exige justicia!! YO soy la madre! YO estoy a cargo!! YO mando!! Pero a mis pequenhos mocosos no les entra esto en la cabeza y continuan con sus travesuras. Ando con las pilas casi vacias y necesito descansar. Pero sus cuerpecitos usan pilas recargables y solares... nunca se acaba la energia. JAJA!

Despues de quedar casi ronca de tango gritar y sentir el dolor en mi mano de tantas palmadas, humo se escapa de mis orejas como en las caricaturas de Tom & Jerry. Miro con ansias mi calendario en la pared y calculo desesperadamente cuantos dias faltan para que cumplan la edad de dejarme por lo menos ir sola al banho para hacer pipi!

Llega la noche y todos estan acurrucaditos en sus camitas... Por fin el tiempo es MIO! Entro en la computadora, escribo unos emails, un blog, el Feibu :) y a la cama yo tb. No pasa una hora y empieza uno a llorar - lo traigo a mi cama. Pasa otra hora y empieza otro a llorar - lo traigo a mi cama. Pasa OTRA hora y empieza otro a llorar - lo traigo a mi cama. Y he aqui.... asi hemos amanecido... los 5 en la cama! Una ninhita con sus rodillitas por mi menton y su cabeza por mi panza, un ninhito con su cabecita por mi panza y sus pies junto a los mios y el otro ninhito del otro lado de mi cuerpo usando mi brazo de almohada. Estoy rodeada! Encarcelada! Pero el pensamiento que supera todos los otros pensamientos que saltan por mi mente es este: "QUE DICHA!" Los amo a pedazos! No importa que a diario me saquen de quicios... son mios, son hechos por Dios y los amare (y aguantare) haste el dia en que pare de respirar.

Soy una Super-Mama que tiene Super-Hijos. :)

Wednesday, December 5, 2012

I PASANTIA HOSPITALARIA

13 de junio, 2012



El miércoles de tarde tuve mi primera experiencia trabajando en un hospital publico.  Como parte de mi entrenamiento para la licenciatura en enfermería, nos tocó hacer una rotación por el Hospital Materno-Infantil de San Pablo (en la cercanía del Shopping Multiplaza).  Mi horario de trabajo era desde las 13hs hasta las 19hs.

Me ofreci de chofer contratada para mi grupo de pasantía, ya que eramos 4 las que veníamos de Itacurubi.  Llegamos con buen tiempo al hospital y compramos algo pequeño para almorzar.  Cuando llegó nuestra supervisora, la acompañamos por un laberinto de pasillos hasta llegar al puesto de enfermería.  Pero que laberinto!  Al pasar por estos pasillos sentí una leve violación a mis ojitos y a mi corazoncito inocente.  No soy cualquier ingenua.  Entiendo el espacio gris que separa lo negro y lo blanco.  Entiendo que en un mundo de ricos, irrefutablemente existe también el pobre.  Sin embargo, creo que mis esquemas conceptuales jamás tuvieron en cuenta lo que llegue a conocer en este hospital publico.  Les recuerdo que estoy en camino con mi grupo al sector que yo considero el mas sagrado de un hospital materno-infantil: el santuario donde se reciben nuevas vidas – Partos y Puerperio. 

Era un dia de muchísima lluvia y los techos en los pasillos goteaban.  Frente a mi, a cada metro había un charco que tenía que esquivar para no resbalarme.  Las paredes!  Si alzaras tus manos y juntaras las puntas de tus dedos formando una O, podrías crear una imagen física del tamaño de los espacios de moho que crecían por las paredes.  Asquerosos círculos negros, llenos de enfermedad, esporos y humedad cubrían las paredes del pasillo.  El aire tenía olor ha guardado – pesado y estático.  Me convencí que estábamos tomando un atajo para evitar mojarnos por el diluvio que caía afuera.  Sin embargo, en el momento menos esperado se detuvo la supervisora y nos mostró un baño para cambiarnos la ropa.  Llegamos.

Al llegar al puesto de enfermería de la sección de puerperio, se nos delegó un paciente a cada una del grupo.  Como la única del grupo en carrera de licenciatura (las otras son del programa de técnico), se me otorgó el privilegio de atender a la paciente mas complicada.  Mi paciente era una mujer cesareada, internada hace 5 dias, con una infección no-especifica, tratada con triple antibióticos. No tardó mucho y se fue de alta mi paciente. Me quedé sin trabajo a temprana hora de mi hora turno.

Le pedí el favor a mi supervisora si me podía dar algo mas para hacer. Faltaban 4 horas del dia y yo no podia quedarme inactiva por tanto tiempo. Me hizo el favor de llamar a otro departamento para ver si podría pasarme allá.  En poco tiempo me acompaño a la seccion de admisiones, Esta seccion de admision es para mujeres que creen que estan entrando en trabajo de parto o si sienten alguna urgencia ginecologica.  Me mostró el papeleo y me dejó.  

Entra la primera paciente. (Recuerdan mis ojitos inocentes?) Una jovencita de 16 años entra como una cara larga y triste. Hace una día tiene sangrado y esta preocupada por su bebe. 16 años! Le tomé los signos vitales, deduciendo que estaba de mas o menos 8 semanas de embarazo. Le ubique en una camilla y le llamé al doctor de guardia.  El la revisó y la mandó a ecografia para determinar la causa del sangrado. Se retiró la nena. Lo que me llamó mas la atencion en el transcurso de la examinacion de la jovencita fue la actitud del doctor. No se sintió ni un gramo de simpatía y respeto. Cada comentario tenía doble significado. "Segura que no fuiste violada?" - preguntó el doctor. "y donde está tu mamá?" - siguió el doctor, presionando por una respuesta satisfactoria. 

Mi inclinación era otra... Que valor que  mostró esta niña al entrar al servicio para que la examinemos! Ella sabe cuantos años tiene. Ella sabe que no tiene que estar teniendo relaciones con su novio. Ella sabe que metió bien la pata quedando embarazada. Pero a pesar de toda esa verguenza, ella igual vino para cuidar de su embarazo. Los otros no vieron eso - los 3 doctores de guardia y la enfermera que me acompañaba. Ni una palabra de ánimo para la niña. Chao! 

y así entraban las mujeres en Admisión. Hay mas historias. Siempre hay historias. Al final intento describir bien lo que sentí y sinceramente no estoy segura. Hay tantas emociones: desesperacion, empatia, verguenza, deseo por hacer mas, tristeza, etc. etc etc. Hay tan poco amor y respeto por la dignidad de estas pobres personas. Que clase de instituciones tiene nuestro gobierno paraguayo que uno tenga que decidir si entrar a "cuidarse" o no en su servicio. Yo no me confiaria!!! Y bueno... seguira para la contemplacion de otro dia cuando se decida el significado de la vida, y otras preguntas  que realmente no tienen respuesta....

Mi Experiencia con el Racismo

Mi Experiencia con el Racismo Cynthia Palomino – 31 de mayo del 2020 Con mis 7 años mis padres aceptaron el llamado de Dios para ir al c...